Pase sin hacer ningún ruido,
mi corazón luchaba su propia batalla,
el latir de cada sentir, por un instante
las fuerzas me abandonaron,
y mi cuerpo cayó tendido.
Pero la indagación, incansable batalladora
siguió su eterno camino y sin ser vista asistí
aquellos amores perdidos en mi memoria
de los que hoy están aquí, y los que dejaron de vivir.
También vi fantasmas llevando mensajes de esperanza,
emanando luz, palabras precisas que, al ser recordadas,
aún se clavan como puñales marcados en mi alma.
entonces, continúo buscando la frontera de un deformado cristal
que separa los sueños de una vida tan real.
alcanzando lo imposible de aquellos mundos intangibles
que nos periten ver mas allá...