Alegoría
Nací cual débil retoño
me donaron buen camino
en la más alta montaña,
y de reojo a la cumbre
con piedad se ha alejado
la calaca con guadaña
.
Mi voz es como un tesoro
abre su palmas al cielo
implora mirando al sol
una dulzura que embriaga
es música porque vuela
con manos de mariposa
.
Muchas veces beso al suelo
sin petición altanera
confiado en su protección
con ejemplo de palmera
y no siento mi estructura
solamente la oración.
.
Jesús, tal día de ramos,
aun vive en mi corazón
escrutando en mi interior,
saciando sed del humano,
es soluble e insoluble,
tesoro para el cristiano.
.
El arbustivo palmito
en letargo silencioso
se dice ciprés no espino
-como a Pedro en el Cenáculo-
dice, orar es, grato incienso,
esperanza en el desierto.
.
Reza su intensa liturgia
de frente pide, se inclina
el fárrago de la vida
entre espíritu su cuerpo
multiplica cual Areca
con miel cristianiza su alma
.
En su danza, bailarina.
pasiva esperando el juicio
como la bula de Meco
se sacude sin reposo
de rodilla hace su rezo
al viento de la palmera.
.
Peregrino, Es la Palabra
Jesucristo es uno solo
con siete dolores, gozos
serenamente enraizado,
con gallardía sublima
al viento de la palmera
.
Solo EL VERBO es crecimiento
solo penitencia es vida
la inocencia es salvación
en Cristo hay entendimiento
... El justo florecerá
al viento de la palmera.
.
.
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz, 2009”
Guatemala, C. A.