Traspasaba un desierto a pie,
Un desierto de amargura
Un desierto de desamor,
De sinsabores y desaliento,
Me encontré con espejismos,
De bocas y también de cuerpos,
Me encontré entre dunas,
Pesadas, abrazantes, empinadas,
Me encontré ahogado en ellas,
Me encontré hasta el cuello,
Hasta el cuello con arena,
Atrapado, inmóvil, derrotado,
El sol abrasaba, quemaba,
Mataba poco a poco...
Cayó la noche, estrellada,
Fría, tanto que agradecí la arena,
Millones de estrellas,
Una sola luna de oro,
Que me dijo que caminabas,
Radiante, igual de radiante,
Así tal cómo me encantas,
Me dijo que no me detuviera,
Que ya estaba cerca...
Salió de nuevo el sol,
Una tormenta llego,
El viento libero mi cuerpo,
Agotado y maltrecho, seguí,
Seguí el camino hasta ti,
Tras mil tormentas superadas,
Tras más dunas conquistadas,
Te vi muy lejos y muy cerca,
Entre mi pensé, \"es otro espejismo\"
Esperé un momento,
Esperé a que de desvanecieras,
Pero te mantuviste ahí,
Inmóvil, en espera, de pie,
Entonces me fui acercando,
De a poco, de a pasos,
Hasta que por fin estabas ahí,
Al alcance de una mano,
Me animé a intentar tocarte,
Lo logré, eras tú, estabas ahí,
De pie frente a mi y mis ojos,
De entre las dunas, un oasis,
Se desenterró un oasis,
Lo señalaste para saciar mi sed,
Entonces te miré, perdidamente,
Algo así como mirar el infinito,
Tú me miraste con cierta ternura
Te lo he dicho \"eres mi oasis y lo sabes\"