ZAPATOS VIEJOS
Zapatos rotos
cóncavos y viejos,
que caminaron solos
las calles de mi pueblo
y pisaron el agua
que las lluvias de mayo
con amarga tristeza
al caer la sintieron.
Zapatos de amargura
que deambulaban lentos,
con sus suelas raídas
lloraban en silencio.
Pobres zapatos viejos
con color de recuerdo
marcharon por la vida
desgarrando miserias
y olvidando los sueños.
Zapatos que en un tiempo
fueron negros, brillantes,
que pisaban muy firmes
las calles de mi pueblo.
Hoy están muy callados
en un rincón oscuro
muy juntos y maltrechos
los zapatos que un día
mis andanzas supieron.
Anahilda Garcia
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