No siempre en la misma medida que das llega, a veces simplemente te vacías, te quedas en blanco.
Pierdes sensibilidad te quedas neutro, nada se siente con la misma intensidad, bajó un interruptor, el que te hacia soñar en colores.
En definitiva las cicatrices hacen que la piel endurezca, de igual manera sucede con las heridas emocionales, terminan dejándote una capa, que digo casi, por no perder la esperanza, indestructible.
Las cosas que quieres cuando llegan a destiempo te pesan, no sabes qué hacer con eso que soñaste porque la espera te seco las raíces, la sed y la soledad te hicieron menos vulnerable.
Solo aprendiste a vivir sin aquello que querías y prefieres continuar así que tenerlo y perderlo.
Siento mis manos frágiles, sería lo único y si me refiero a la posibilidad de dejar ir posibilidades.
El arrepentimiento ya no representa algo a lo que tema, ya no es importante casi nada mirándome desde dentro.
Tal vez me encontré y me perdí, pero tampoco me ando buscando, tal vez quede algún resto de esa quien fui, no lo sé. No quiero esperar un súper héroe que me saque del letargo, muy bien sé que la capa y las alas me deben nacer a mí.
Simplemente no siente sentido despegar los pies de este suelo, si de igual manera siempre cuando estés en la cumbre te halan de la cuerda y quedas en pedazos, tal vez suspirando si tienes suerte.
No sé si hay culpables además de mí en esta historia, la inocencia te puede joder la vida si te encuentras con la persona equivocada, también pensar que te va a ir bien solo por actuar de buena fe es lo más iluso que hice, así que el único caso que tiene hacer las cosas bien será poder dormir sin un yunque en tu cabeza.