Duendes siderales
nos visitan,
nos alborotan el pensar
provocando tormentas
difíciles de mensurar.
Grande, embriagadora, dolorosa,
transporta al pasado
a velocidad celestial,
invita a recorrer viejos senderos,
pensar un pueblo entero.
Alada, frágil, misteriosa,
llega vestida de novia,
de improviso, sorprende, sacude,
acapara, estremece.
Es una vieja foto
olvidada en un cajón,
tierna imagen del ayer,
escalera suspendida
en el tiempo,
a veces nos duele,
nos nubla la visión.
Momentos sublimes,
para vivir..., una razón.