Un caminante de senderos
que nunca acaban.
La sombra de quien pudo haber sido,
pero no fue.
El reflejo de un rostro en el espejo…
que a veces no entiendo.
El sobreviviente de miles de batallas,
de otros tiempos.
Un nieto de nobles aventureros,
obligados a escapar y reinventarse.
Un hijo del amor del infinito,
o del infinito amor de unos soñadores.
Una luz que resplandece en medio de la lluvia,
a pesar de todos los pronósticos.
El combustible de una estrella,
que aun no ha nacido.
El que busca anticiparse al movimiento,
para sabotearle una sonrisa a la vida.
El amor que veo en tus ojos,
desde siempre.
La ternura de la caricia
que aún no has generado.
Un hombre, un simple hombre,
que es casi nada y a la vez todo.
Y lo que un hombre puede contener,
que es el mismísimo universo.
Eso soy: un suspiro del tiempo,
que nació solo para encontrarte.
Marcos Sitz