Emanuel Acuña

A veces

A veces ya me olvido, pequeña, de que existes,

que vives lejos, lejos y no en mi corazón,

que eres indiferente al mundo que yo he visto,

y he visto un mundo horrible de muerte y tentación.

 

De vez en cuando, un viernes, me llegan tus recuerdos,

algunos de ellos ciertos y muchos otros no,

pero sin importar, mi niña, si estoy en tu recuerdo,

te juro que en mi mente tienes tu locación.

 

A veces ya me olvido, mujer, de que yo existo,

y quiero sin remedio ponerme a descansar,

pues no te hube alcanzado, amada, en mi camino

y al otro mundo, vida, no te puedo llevar.