jose hugo rubio rivera

ConfusiĆ³n

Cuantas historias de amor ya se han escrito a los hombres,
todas las cochinadas falsas y utópicas que nos 
agradan por no ser difícil de entender nos han dejado sin palabras para  
 expresar un sentimiento digno de amar.

I
Flanqueado se encuentra tu amor,
(Te has educado en épocas erróneas a tu hermosura

y delectación) flébil tu vida pretende llamar mi

atención y cupido, amigo de un buen flechador pues,

fue tan bueno, que la flecha que dio muerte a Aquiles

dirigió, sólo entre los dioses se aman y tú no amas a

los hombres y cupido, oh cupido: ¡ya está muerto!

 Otra vez la muerte viene a cantar mi pena que es tu

flagelo. Fletado mi cuerpo siento hoy: tus besos

 flexores de ansias inanimadas fliparon mi cuerpo

 completo y lo obligaron a amarte cuando sólo

 flirteabas mis sentimientos.

II
El bochorno del pueblo al que voy llegando en este

 momento, me mira inquieto con esos ojos de filósofo

 que adivinan de dónde vengo y voy. 
Estoy pensando inquieto este temor que hace llorar

mis anhelos y los devuelve a la oscuridad cuanto más

pronto a mi destino llego; no estarás cuando llegue a

la ciudad que devora 
cuerpos y alienta vidas a un abismo eterno,

 no estarás ahí pues, te dejé allá, de donde vengo.

III
La relación con las cosas y sus efectos han traído una

 rosa pálida por el invierno y éste calor en mis

adentros que ya no soporto su movimiento: a de

explotar tan pronto salga de este pueblo, que hoy ha

visto mi pálido aliento. Aroma de tus besos traigo

 conmigo y cuando respiro siento tu cuerpo desnudo y

eterno; álgido se tornó el tiempo y ferviente mi muerte

 que besó tus senos grises yuxtapuestos.

IX
Este momento que no ha tenido parangón en ningún

 verso oscuro, 
indómita el tiempo que lentamente caminó en

 sendas oscuras hasta salir al proscenio de los que

observan en silencio. Este sufragio universal que ha

 causado un amor burgués, es para morir gritando o

para vivir luchando ante todo lo que pudra su corazón.

X
Libre debe ser el viento y agua el cielo siempre deberá

tener, estar dispuesto
a entregar la vida y en los pocos momentos de alegría

quedaran pagadas nuestras penurias: no hinques tu

razón a un ser que no pertenece a tus pensamientos

de buen luchador y de joven revolucionario y ante

todo, lucha por el hambriento que está atrapado en

 esta vida de locos y después sigue cantando. Verás

 que tu amor no mana del burgués sino del proletariado.