Hoy he vuelto a tener tu boca junto a la mía,
a morder tus labios y sentir como muerdes los míos,
he vuelto a sentir tus manos recorrer mi cuerpo
y desnudarme, ansiosas por tocar mi piel,
tanto como las mías desean acariciar tu cuerpo desnudo
y apretarlo junto al mío con pasión incontrolada.
He sentido tu deseo crecer junto al mío,
tu cuerpo caliente que me invita a recorrerlo con mis labios
desde tu boca, bajando por tu cuello y tu torso hasta el límite
ese límite que no debemos sobrepasar,
esa maldita línea roja que nos acompaña
pero que no conseguirá que no te desee ciegamente
como nunca antes desee a nadie.
La temperatura sigue subiendo en el cuarto
mientras nuestros cuerpos se funden en uno,
y te siento tan dentro de mí que te creo mío
y me entrego a ti para que me sientas tuyo.
Nuestros pulsos se aceleran descontrolados,
y puedo ver la pasión en tus ojos
y sentirla en la intensidad de tus movimientos
que me llevan a no querer terminar nunca
a que no dejemos de ser un solo cuerpo
y dos almas que se desean peligrosamente.