Después de esta larga espera, llegaste
para hacerme recuperar la fe olvidada,
las esperanzas amenazaban con suicidarse
y dejarme de dueño de la nada.
El reloj avanzó a paso firme,
pisoteándome sin mostrar piedad,
tú te acercas a decirme
que ahora él mi aliado será.
Desde hace unas noches te sentí cerca,
sabía que ya pronto vendrías,
para hacer las jornadas nuestras
y gozar con tu compañía.
Disfruto saborear este momento,
el dulzor de tu llegada me ha invadido,
te esperaba desde hace ya tiempo
y hoy por fin puedo ver tu arribo.