HOY cumple 5 años Emma, la cascabelera. ¡Dios mío cuando empiece a preguntar! Menos mal que la filosofía es un buen recurso. La literatura también. A veces estaría bien que no crecieran esos locos bajitos. Como en El tambor de hojalata. ¿Para qué crecer? Pero el tiempo se empeña en contradecirnos. Menos mal que uno hace de cuenta que el tiempo pasa.
El tiempo, para vitalizarlo, sonríe y piensa, como pensaba Pirandello en Seis personajes en busca de autor, que tanto él, como sus personajes son eternos, en cambio nosotros... ¡Vosotros no sois eternos, autores!, en cambio nosotros estamos inscriptos en las páginas de la eternidad.
La comedia de la vida nos tiene engañados, y nosotros hacemos de cuenta que esa ficción es la verdad.
Del eterno retorno sabían mucho Nietzsche, Proust, y Bioy Casares. Borges temía a la eternidad, esa cosa que casi lo convence a Sabato de que tendría que rendir su pretensiones de divorciarse prontamente del tiempo, como le dice a su amigo cuándo le confía, en Del Buenos Aires que se fue: . Casi se nos hizo centenario por un par de meses no más. Por fortuna no llegó a la inquietante conjetura de don Pedro Palacios, el Apóstol Almafuerte, que supo repartir maldiciones poéticas muy bien dichas, como solían hacerlo los trashumantes gitanos de Hungría que te adivinan la suerte por unas cuantas monedas. ¡Qué te enamores, o qué te reclamen los archivos de lo eterno, o que te alcance la maldición del laurel!, lo mismo es, o parecido.
Y vuelta otra vez al tiempo, esa cosa que le hizo decir a Dolina que . Menuda confrontación entre idea y cosa y tiempo, ¿no? Ya veis, esa cosa llamada tiempo, es como aquella caja que tenía Pandora, todo lo encierra, pero el día menos pensado, todo mismo lo libera, menos la Esperanza.
Y siguiendo este orden caprichoso del tiempo, de nosotros y de la esperanza, me pregunto qué habrá querido decir el genio del Dante cuando dijo: Era al finalizar el tiempo, ¿o al entrar en él? Se los dejo para que lo piensen. Ya ven, de dónde y para qué sirve la filosofía y la literatura, sino para entender cuales son los velos del desvelo que nos desvelan y nos revelan que , como replicaba el autor de mis días, el viejo Enrique, que según sospecho, estaba afirmando que no ser nada es serlo todo.
Emma, que cumple 5 el 9, tendrà que seguir reconcentrada, pérdida en , según Carlitos Balá, pensando si el límite de la palabra, es también la limitación de nuestro mundo, si dejar de ser para estar en ese universo cósmico, no alcanza sino con el vagabundeo del flanneur de Charles Baudelaire, o de Walter Benjamin, y el misterio simpático de enfrentarse a un mundo que manda signos todo el tiempo, solo para entretenerse con el dilema de los tiempos: , debió haber dicho la copla de Manrique.
Ey Emma, ¡que los cumplas muy feliz!