A Jorge Luis, con llanto.
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De seis hermosas hélices
que yo hasta ayer tenía
se me ha quebrado una.
¿Por qué la más pequeña de aquel grupo?
¿Quién podrá
acaso
explicarme el fenómeno?
¿Por qué tenías que añorar la soledad?
Nadie tuvo la culpa.
Tu \"hermama\" tuvo que huir
de la violencia;
huir de esa violencia
que hoy nos acogota.
Los otros, cada quien a su manera,
sortearon la ventisca
y tú no perdonaste algunos hechos.
Tú, en cambio, miraste diferente
el ámbito que a todos nos envuelve
aunque seamos ramas de la misma cepa
o estemos separados en familias diversas.
Ahora, mi pastor pequeño,
descansa en esa paz con que soñaste,
aunque no de similar manera
y reúne de nuevo tu rebaño.
Descansa en paz
es lo que más deseo.
Encontrarás, estoy seguro,
la clave de otros pasos,
los que te harán yacer
en la pensada plenitud de siempre,
contemplando
el quebrar de los albores
de un futuro.
Luis Ávarez, Roma, 5 de agosto de 2016.
P.S. Jorge Luis llamaba HERMAMA a Pavliuska, su hermana menor de padre y madre. Yo entendí, de inmediato, su significado, al recordar que Neruda llamaba MAMADRE a su madrasta.