¡RESARCIMIENTO ... A MI BUENA MADRE!...
Alejandrinos
¡Oh! madre, tú sembraste en mí, tu buena herencia,
feraz y fuerte árbol me echaste a este mundo
con blanco traje adentro vestido de inocencia;
¡torcí tal vez la senda dolor me da profundo.
Y no escuché tus ruegos ni aquel consejo bello
que a éste hijo diste con ese amor sentido.
La sangre tira, dicen, la tuya es rojo sello:
¡a brazos tan dichosos regreso arrepentido!
La vida nos seduce es fruta muy jugosa,
manjares sirve a todos factura luego cobra;
destroza carozones impávida o rabiosa:
¡despacha a cualquier hora demanda ya le sobra!
Seré tu niño siempre deseo que lo sepas,
jamás debí alejarme, de ti, materno seno;
dispongo el corazón a fin que allí tú quepas:
¡quedando resarcido, feliz, de dicha pleno!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino