Jamás volveré a mirar igual así como tampoco se repetirán las manos que me toquen, los labios que me rocen las esquinas, los ojos que me reflejen la silueta porque jamás se ama dos veces de la misma forma ni te entregas con las mismas ganas, por más que quieras o intentes las segundas, terceras veces ya no te sorprenden, ya no esperas, ya no crees... jamás te liberas por completo de esas otras almas... y aquí vamos intentando sentir lo mismo o tal vez si bien nos va algo parecido.