Despegué mis ojos de ese punto fijo
Que llamábamos infinito;
Al que solía acudir en ese momento
De soledad que me invadía
Rodeada por cientos de personas,
Acechada por tu mirada fija
Sobre mis ojos a los que llamabas:
Infinito próximo.
Desaprendí las palabras
Que inventamos juntos
Desintegré su significado
Del diccionario que formamos
De todos los disparates
Que se dicen mientras dura el amor.
Desteñí las marcas de tus dedos
En mi nuca, en mis brazos, en mi cintura.
Las cambié por cicatrices
Y hoy cuando coloco mis manos
El vació de tus manos
Continúa deformando mi piel desteñida.
Hoy el sol amanece
Como quien habla del futuro
Pero el último trago de café
Sabe siempre a pretérito
No porque no haya olvidado
Sino porque los verbos
Que me unen a ti
Solo existen en pasado,
Desistí.
Bárbara Barrientos