Me dijo sí
después de tanto tiempo
rogando su amor.
Y se fue
caminando lentamente.
La llamé dos veces,
no miró ni contestó
yo quedé allí, feliz.
.
Y esa noche soñé;
soñé con ella y las estrellas,
con un mundo de promesas,
de futuro,
y mi alma enamorada
y el hechizo de esa noche
me decían:
para ti llegó el amor.
Desperté esa mañana
con deseos de cantar.
Abrí el correo
para enviarle un mensaje
que tocara sus sentidos.
Mi misiva regresó una y mil veces
y la causa:
remitente no deseado.
Preocupado fui a verla
En su casa había silencio
y en la puerta un crespón
por la muerte de mi niña.
Estaban velando a Sol
que sabiéndose amada
renunció a su gran amor
y murió enamorada.