\"Vegetaciones de relámpagos,
geometrías de ecos:
sobre la hoja de papel
el poema se hace
como el día
sobre la palma del espacio.\"
El Fuego de Cada Día.
OCTAVIO PAZ, 1969.
Hay una sinfonía de destellos,
caminando como olas por tus dedos,
un silbido del tiempo que se oculta,
como las gotas en el encierro del tiempo.
Las hojas del fuego sempiterno,
son cándidas lenguas de nube que se pierden,
en las pestañas del horizonte,
y sus campos vestidos de lluvia y duelo.
acurrucan los latidos de tu nombre.
La danza de las cenizas palpitando,
entre cada uno de los tristes tejados,
y las calles sonríen yertas de ruinas,
donde el rocío adusto se va alejando.
Tenemos páramos y flores de brisa,
ramilletes de rayos y mejoranas,
tenemos colores e islas,
de madreselvas y espejos sin magia.
Las hojuelas del fuego anciano acarician,
la corteza leve del día,
y las lámparas de medio barrio,
sus tímpanos humedecían.
Es la danza de las cenizas palpitando,
entre adoquines y elegías.
Y noto humo y flor de explosión,
en la quietud de la pedanía,
son los disparos,
es la cadencia del sol,
ajustando del incendio sus simpatías.