Las horas y los días,
los meses y los años
se van sin apreciarlo.
El tiempo vuela ágil
como suave pluma
que muere en la penumbra.
El sol y el nacimiento,
la luna y el ocaso,
su ilusión y fracaso.
El tiempo entre los dedos
se escapa como el aire
sin atender a nadie.
Y aunque grites y ruegues
por alargar la vida
no serás bienvenida.
Tu destino será,
aunque puedes cambiarlo,
la marca de tus años.