Al no mirar tu desnudez me enfado,
y reclamo en forma cruel e hiriente/
es duro no poder besar tu frente,
pero más duro es… cometer pecado.
Hoy quiero tener tu cuerpo a mi lado,
sin que pierda de ti un solo instante.
Quiero perpetuar mi barca silente,
en el caudal de tu puerto callado.
Deshojarte con mi mano suave,
que corre por tu piel –lenta- sin tiempo/
hasta derretir del iceberg la nieve,
y robar de tus labios el aliento/
ese suspiro que transcurre leve,
y se pierde lentamente en el viento.