Turbias aguas del Sena que reflejan
el plenilunio sobre nuestra barca,
plácidamente cae y nos abarca
con la sombra de muros que se alejan.
Los fantásticos puentes que nos dejan
ese sabor salado de monarca,
una pizca de rosa con su marca
y el perfumado sándalo espejean...
Noche con claridades del embrujo
de Paris con su cielo, con su infierno.
Deslumbrador sentidos nos sedujo.
Sentí el frío, el frío del averno.
Averno me tornó medio bandujo.
La magia de la luna fue mi invierno.-
Amalia Lateano
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