Te veo partir
Te veo partir...
y así nomás
lo hemos decidido,
sin darnos demasiadas
explicaciones, puesto
que tanto hemos dialogado
que hoy, las palabras
demás están.
Un beso de despedida,
sin decirnos adiós.
Sales con tu valija.
Desde mi ventana,
te veo partir.
No quisiste te acompañe.
Un coche no pediste.
Y partirás, donde tú decidas.
Te veo partir.
Una copa de cristal,
llena de agua tengo.
Aprieto el puño,
y la copa añicos queda,
y yo, con mi mano en sangre...
No sé qué hacer,
ni siquiera pensar.
En realidad, no tuve
que dejarla partir.
\"Mientras no cambies,
pon una muñeca
en la cama
al lado tuyo...
Imagínate soy yo...\",
me dijiste antes de partir.
Tonta mujer,
que has tomado
la decisión de alejarte.
Y me he quedado,
esta vez, sin tratar
de retener ...
¿Por qué no lo he hecho,
si aún te sigo amando?
En este momento,
yo mismo he de darme
una respuesta...
Porque estoy cansado
de amar... que me amen,
y después ellas toman
su valija y se van...
Tanto tienes, tanto vales...
Es cierto... cuando tengo dinero,
se me acercan como moscas
a la miel... y cuando dejo
de tener, desaparecen...
Lo que pasó, pasó...
¡Maldito juego...
me maldigo a mí mismo!
Tengo que cambiar,
YA debo cambiar.
¡No, no puedes irte,
no puedes dejarme
nuevamente en la soledad...!
¡Voy a buscarte,
debo hacer que vuelvas
a mi lado...!
¡María, no puedes irte...!
Debes estar a mi lado,
porque sé que me amaste
y me sigues amando...
¡Voy a buscarte,
debo impedir te vayas...!
Hugo Emilio Ocanto
Derechos de autor
2/7/2014