Detenernos un día cualquiera en el andar de la vida...
En el trajinar que es la vida misma,
que la borágine no nos devore...
Ya sea en algún momento del día o por la noche
al reposar nuestro cuerpo y nuestra cabeza en la almohada.
Pensar lo vivido, buenos y malos momentos.
Permitirnos ver la película en la que los únicos protagonistas
somos nosotros mismos, nos hará ver que todo es efímero,
Lo fugaz de nuestros pasos por esta vida,
que nada nos llevaremos al partir.
nos sensibilizará y servirá para que seamos
más sensibles al dolor humano y de todo ser vivo,
ya sean personas, animales (que no son menos que nosotros)
y plantas que nos ayudan a vivir.
Tal vez nuestra película nos ayude a ser mejores personas
y colaborar para un mundo mejor...