En la bóveda celeste, estas tu presente
Cubriéndose con una sabana de nieve
Tu sombra de niño alegre.
Refleja el horizonte
Tu mirada ausente.
El piélago escrupuloso
Abunda en mi mente,
Con su misterio escabroso.
Tu.
Niño de cara alegre,
Con tu mirada inocente,
Y espíritu indomable,
Dime que hago para olvidarte?
Tu delirio y pasión
Hace que viva este gran amor.
Se que mi alma vaga
En la soledad absurda.
Tu pensamiento de niño débil,
Barahúnda tu cosmos inherente,
Y tu vos alimenta este gran amor.