Les contaré aquí
de la pequeña Ana
que salió feliz
en una mañana
contenta al jardín
a buscar manzanas.
El sol alumbraba
con su luz sin fin.
Las aves volaban
pintando el confín,
mientras la niña Ana
parada la vi
comiendo manzanas
haciendo un festín.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela