Y vi la mañana
Se veía tibia sonrojada
Acaricie su tez con una pluma
Se reía de mí
Veía como era una sonrisa ingenua
Como la de un amor que no lo han destrozado
La mañana que con un aire frio recorría el espacio existente
No sabía que al igual que el amor, su rostro cambiaria,
Al pasar de las horas se torno un poco más cálida
Ya no era fría ni tibia ahora el fuego la consumía,
En medio de tantos cambios se derramo en llanto…
Hasta que su tez pálida convirtiose oscura, tan oscura q parecía el crepúsculo reposase en ella.
Luego de grandes emociones despertó en el abismo de la noche, descubrió que su alma era cambiante, y que el frio como el calor era parte de ella,
Sentose en un campo alejado cobijando el alba, y al mirar muy dentro de sí encontró,
Que al igual que su ser, era el amor.
Primero seria lleno de inocencia y fragilidad, después ardiente y de llamas que no se podrían apagar,
Solo hasta que llegara el llanto que las pudiera calmar,
Y al final solo hay un corazón, abrigado en el eterno olvido, como la misma noche que se nutre de oscuridad.