No sé si volviere a crueles caminos,
de cardos y ortigas,
de sombras malditas,
de luz sin farol…
No sé si pudiera en labios sin gloria,
amar pubertades
campos de nácar,
y flores de abril…
No sé si curar efluvio sangrante,
¡mis alas errantes!,
mis besos que olviden
las piedras de ayer…
No sé si alcancen mis pasos cansinos,
con ojos mendigos,
las puertas tocar,
a su corazón…
No sé, si entonces, al cabo de un tiempo,
mis labios se amarguen,
se sequen mis ojos
de tanto llorar…
No sé si abrazare en mi alma de luto,
la muerta esperanza
que me dio la ingrata
condena sin sol…
No sé del perdón, ni ámbar sonrisa,
¡Que le dio a mi risa,
perversa maldita,
estocada mortal!
06-08-16
Santos Castro Checa
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