Hoy es una de esas largas madrugadas
que no logro conciliar el sueño.
Debato con las tinieblas y el silencio
sobre que temas he de escribir.
Asuntos burlescos,funestos e inclusive religiosos
vuelan por mi cabeza,
mas sin embargo quedo seducido
por los recuerdos de mis lunáticos devaneos
concebidos bajo la efervescencia de la noche.
¡Ay de mí!
¡Osado yo!
que decido evocar aquellos tiempos de libertinaje
Los antros, los bailes, los callejones que se prestaron
más de una vez para mis lascivos deseos,
y sobre todo, las mujeres que me acompañaron
en mis pasiones desenfrenadas.
¡Ay de mí!
¡Osado yo!
¿será de provecho confesar mis pecados
ante la luz de la poesía?
¿me expiaría de alguna culpa?
¿deseo de verdad ser indulto por Dios y mi propio yo
por mis clandestinas acciones?
¡Ay de mí!
¡Osado yo!
que he decidido
salir a internarme en el frenesí y erotismo
que trae consigo las furtivas madrugadas.