TENEMOS UNA PLAGA, TENEMOS UN PROBLEMA
Sí, es cierto, tenemos un problema;
e intento reflejarlo claramente en este poema.
El problema somos nosotros, los malditos humanos
que somos la plaga que destruye a nuestros hermanos.
***
Que en el nombre de algún dios, de alguna patria o de la ecología,
odiamos, torturamos y matamos, excluimos de la vida y de nuestros días,
en guerras sucias, en políticas corruptas y con múltiples desprecios tan patéticos,
extendiendo nuestros actos, en movimientos ecológicos y sosteniendo que es estético
adorar y pretender ser un humano puro y perfecto, con genética de una raza pura,
donde cada uno argumenta que es superior, que su piel blanca, amarilla u oscura
es la mejor de las demás; que, por supuesto, vaya uno a saber cuál es la razón,
siendo las sangres de igual color, que en todas funciona igual el corazón,
que, en cierta manera, todos sienten, ríen, lloran y gozan por igual
y, vaya a saber por qué, lo que piensan los otros nos parece mal,
lo que justifica la violencia contra ellas y en quererlas matar,
pues son dueñas del Mal y son el rival ¡al que se debe eliminar!
***
Entonces causa justa es, orden de algún dios, los medios el fin justifican,
para delimitar territorios como cotos de caza, se ponen muros y se fortifican,
haciendo legal cacería mortal de esta \"plaga\" que, para mi raza, es una afrenta,
sin entender que, como humanos, tenemos grave un problema que nos enfrenta,
y mandamos a nuestros hijos a luchar, matar y morir en causas que no sienten,
Les imponemos en nombre de Dios y la Patria, destruir otros hijos que enfrenten,
para conseguir que sean hijos valientes -\"hombrecitos\"- de padres orgullosos
de héroes muertos en combate, patriotas, que hubieran sido seres fabulosos
si no hubieran muerto defendiendo la raza pura, de esta gloriosa \"raza perfecta\",
que su mayor defecto es no entender que su único problema es no tener la solución correcta.
***
Eduardo Faucheux
16-08-2016