De las nubes que hoy
son mis ojos,
van cayendo lentamente
lágrimas que en la noche
te buscan,
lágrimas que dibujan
tu nombre,
lágrimas con la lluvia
de un sueño desvanecido.
Hoy mi risa se vio acallada
por el silencio de tener
que amarte
sin poder mediar palabra,
y la flor que en mi corazón
alzaba sus pétalos
buscando el Sol de tu sonrisa
se vio marchita
por una realidad
que en verdad ya conocía,
pero que pretendía disfrazar
con una falsa ilusión
de ti creada.
Hoy mis versos son
la agonía de una muerte en vida.
Noto que por cada palabra escrita
no son mis ojos los que lloran
sino mi alma que por ti suspira.
Este triste papel es el reflejo
de un melancolía
que en mí fluye cada vez más rápido,
cada vez que te pienso,
cada vez que te amo.
Guardo en mi pecho
el dulce recuerdo de aquella
esperanza que un día
me diste,
esa esperanza que ahora nada
a contracorriente en un río
que hace tiempo secó
sus aguas.
Hoy eres la frustración
volcada en poesía,
de una poeta que entre metáforas
te evoca, te siente, te desea,
te ama.