Luz que sucumbe en las tinieblas intrañables, horas de espeso llanto que en vano mis ojos desvelados ocultan, una mirada verde profunda me atraviesa la existencia, y te veo en el cielo como hélices que se tuercen entre nubes, el viento de popa resopla sin refreno y en afán, cristalizada en seco mi alma, si supieras lo que callo, de saber lo que sufro posiblemente entenderías, el viento silenciosamente reza por la agonía de la albúmina que hoy yace entre mis labios , mis labios sangran de palabras que me secuestran, palabras imposibles de silencios que visibles aprecias en los que hallarás más de lo que este delirante hombre expresa.
Paralizado el día en ironías que hoy agobian mi batalla, se cuelgan mis ojos como ancla en las manijas de aquel que en pulso marca mi dolor, de repente la noche se anuncia, y se asoma un pequeño claro de luna entre la oscura y su crespo de temor a quien imploro con mi rostro en el suelo y las mejillas desgastadas, pero con todo y esto yo espero tu llamada.
Estoy parado sobre una estrella blanca que se clava en mi alma como bala y me hiere la calma, estrella única aunque dolorosa y punzante. soy un cobarde de no decirte lo que siento, de no decirte que me muero en tu silencio, que me encanta como eres y que creo que eres bella aunque tu no me lo crees, lo comprendo pese a que me duele, que me he enamorado a tal magnitud de ti que me enamore de tus defectos, que quiero conocer de ti hasta lo que tal vez no sea lo que quieres que yo sepa.
Oculta en fuego en tu mirada transversal profunda, melancólicos mis ojos y se me inundan las pupilas de confesiones lejanas como las muchas aguas, te circunvala el mundo y los anillos de Saturno incrustados en tus ojos como diadema.
Pero ahora la luz escasa en un bosque de pavimento, sulfuro, carbono y estruendo, te recito un mundo a solas y en silencio, tras la aurora te recuerdo y mis horas galopan y desespero como cuando es imposible aun por impulso saborear una bocanada de aire, aquí te dejo la explicación de como me desvelo.