Terrorífico recuerdo de aquellas
ebrias noches escarlatas
Y tu sobria hermosura,
Amor bello hinoptisante,
Que profanaste mi corazón,
con tus besos de fuego y sangre
Clavaste la daga certera
Y mi alma embelesada
Aún te sigue soñando,
Pensando que era un fina pluma
Fue una daga que atravesó mi corazón,
Tocando la cima de mis deseos
Desfalleciendo entre tus brazos
Aún recuerdo aquella sádica sonrisa
Y el fuego en tus ojos azabaches.
Y el dolor ardiente y lacerante
De tú profano amor.