Adiós mirada traviesa
ojitos de caramelo
me quitaste la tristeza
y es bonito agradecerlo.
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Adiós mi vela encendida
adiós mi hermoso candil
espérame sonreída
cuando vuelva por aquí.
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Ayer hablé con el cura
largo rato en la capilla
y hasta me dijo: ¡Procura
casarte con esa chica!
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Con esos ojos bonitos
y esa tu forma de andar
estoy que casi me visto
para llevarte al altar.
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Mujer de bella mirada
y de bonito semblante
atesora mis palabras
que ya no quiero olvidarte.
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Eres melao de caña
para mi café dulzón
que me entibia las mañanas
tempranito con el sol.
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Si ves que llueve y no llego
no te asustes por favor
que yo regreso mas luego
cuando acabe el chaparrón.
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Tú que calientas el pan
mientras que yo enfrío el vino
por Dios no esperemos más
disfrutemos de lo lindo.
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Adiós boquita salá
adiós mirada de miel
todo lo que tú me das
tiene encanto de mujer.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela