El cauce de mis aguas va llegando
a costas silenciosas que me esperan,
océanos que acogen y concentran
las penas, alegrías y fracasos.
He visto amaneceres de verano
y tardes otoñales de semblanza
tejiendo sus telares de esperanza
después de los destrozos del tornado.
Buscando el reencuentro con las olas
aparto de mi vera los apegos
y todo lo que me ata con afecto
o aquello que seduce en vanagloria.
Sabiendo que este mundo de conceptos
vivido con sobradas experiencias
devuelve por mi mente la conciencia
que nada sucedió. Todo fue… sueño.
Cecilio Navarro Pérez. 17/08/2016