La tristeza atravesó como luz oscura en sus ojos rendidos a mitad de la muerte, una marea en la noche la sumergió en mares de abandono, su alma se incendia en llanto inextinguible, cicatrices grises cubren sus ventanas picoteadas por golondrinas negras, la noche envuelve el retrato de una mujer triste.
Hay un corazón que sostienen sus brazos,
no hubo testigos esperando la voz que caminarÍa por su cuello
en el silencio sus labios se crucificaron,
desato la garganta, pero el abandono termino degollándole,
por ninguna puerta pudieron escapar las palabras
que se abrazaron a las desolaciones.
Intento detenerle con la mirada que rodó al suelo moribunda,
sus ojos murieron junto a monólogos enloquecidos
y su sed trago piedras que se desplomaron en degolladeros.
le hablaron de él, pero sus páramos quedaron sordos
una niebla sin tacto le incendio el rostro,
olvido su sonrisa en algún espejo
acompañada por una erupción de palabras
corrientes de ardientes llantos,
han querido consolarla pero todo permanece inútil en los retratos.