Frente al mar con mis pies en la arena, observo como las olas se aproximan y se van.
Dejan sus huellas del lo que fue y ya no es.
Grandes y pequeñas a la vez, de esas que apenas rozan mi piel.
Espumantes y frecuentes , regalos me conceden.
Caracoles, piedras hermosas. .
Luego...me las vuelve a quitar.
Golpean fuertemente las rocas con furia, y luego, se van.
Sus marcas de sal queman como un bosque en llamas.
y yo?
Al igual que mi alma, contemplo el orizonte, donde la quietud y la calma se apoderan del mar....
Quién más que yo quisiera, poder gritar...
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