Querida amiga.
Oh… querida amiga, si tú supieras
que con solo verte cada día
tú le das luz a mi vida
y que al mismo tiempo
siento tu lejanía.
Amiga cada día que pasa
Y que no sé nada de ti,
¡me desespero!
el anhelo viene a mí;
y yo siento un gran deseo de verte,
abrazarte y poder contarte
todas mis alegrías.
¡Amiga! Eres tú la que me escucha,
la que comprende la mayor parte
de mi vida ¡NO TE ALEJES!
no te alejes de mi vida
No me dejes con el alma partida,
porque yo sin ti me perdería,
amiga querida, sin ti mi alma se ve perdida…
Autor: Ebert Patzan