Se fue
la Dama ha partido, ha escapado
ha temido a la captura, al silencio, al olvido.
Se busca una Dama, de piel blanca
valiente y atrevida, pero os temo
que esta vez ha partido.
¡Soldados a batalla!
En esta ocasión no hay tregua
no hay tablas.
Dios descuidado
¡La Dama ha escapado!
La dama ha abandonado el tablero
un Alfil le ha guiado
entre las diagonales oscuras
entre los confines del universo.
Los Caballos recorren el tablero,
entre escaques la buscan
sin encontrar rastro alguno.
Las Torres se crecen al cielo
en la miras fugaces del horizonte
línea por línea
guiando a Peones aventureros
decididos a caer al precipicio,
sacrificando su sueño
abandonando el tablero,
su reino, su universo
y su naturaleza pasiva.
Es entonces preciso el tiempo,
el espacio inadecuado e ilimitado
cuando una dama se se ha fugado
no hay amigos, no hay aliados.
De pronto el Rey lo ha recordado,
las historia se sabe en todo el tablero,
la dama se ha fugado
en la decisión de un Dios precipitado
que teniendo ganada la partida
se conformó con haber entablado.