Con una sola cara y las manos siempre en movimiento,
al carcelero se le escapan, las horas del día entero.
No hay como apresarlas, arena, sombras, cuarzo,
manecillas, engranes, resortes, números...
Son profesionales escapistas, a quienes
Houidini admira, mientras espera saber,
¿cómo es posible que nada las pueda contener?...