Darío Ernesto

Fuego Devorador

 

Silencio

Almas todas revoloteando en círculos

en lo alto de las cúspides por el fuego abrazadas

aladas formas.

Abanico de naranja, azul

allá en lo alto de los cerros arden  sus  nidos

Llora el valle,

humean los  verdes  molles,

han venido a mi jardín a buscar agua,

sedientos breveros de siete colores

Arden en mi alma sus vivos colores

en silencio  con la mano en la boca he meditado

¿Quién habrá sido el cruel ejecutor?

Encender la llama, esconder la mano y correr huyendo

la sierras crujen ,gimen en su pétrea piel

en el tapiz de manzanillas, y peperinas

sin piedad las llamas en absurdo destino

todo a su paso desollan

¡Cuánta tragedia y yermo!

Páramo de cenizas y olvido

Distantes mis ojos, retirados, desconsolados

en silencios peregrinan.

 Mar de silencio mustio y lagrimas

silencio de los trinos

del cardenal de las sierras

silencio en la noche las estrellas,

y la luna bella , mas grande que nunca

resplandece en mi oriente

sale a mi encuentro para abrazar mi pena

entre humo y hedor,

¡Que  poco queda!

silencios del  corazón hecho brazas.

Darío Ernesto muñoz Autor

Derechos reservados.

Agosto de 2016.

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