Las voces feroces de ayer
hoy gritan tu revolución:
nadie sabe que pasó
nadie sabe que ocurrió.
Al proletariado le siguen
explotando a un ritmo acelerado
qué con su vida están acabando
dejándolo a su suerte; sin salario.
Pues, hoy en día el salario
paso a ser miseria y la vida
del obrero; en pobreza
extrema se consume.
Los absurdos de la vida
hiperbolizan
la razón de cualquier
hombre y a no ser porque
algunos pocos les conviene;
estos pocos llorarían.
Nadie crea que es destino,
esta su vida, nadie crea que fue
Dios quién así lo dijo.
En esta forma dolorosa de
producción: !todo está
calculado!.