Extraño la calidez de tu cuerpo en noches
de nubes grises que espantan la calma
y expanden la brisa fría que arrulla los cuerpos,
el tiempo se escurre como viejo otoño,
las rosas pálidas mueren de vergüenza,
si la locura es el olvido, que llegue,
ahogo ideas irracionales que conducen al
suicidio de verte vivir en el recuerdo,
extraño tu alocada risa que rompe el silencio
entretejiendo el espacio en indivisa melodía.
sumiéndome en las profundidades de tu infinito recuerdo,
mientras muero en indolencia cuando auguras soltería,
y veo la candidez de tu mirada como destino perdido,
añoro tus besos renaciendo en la memoria de mi piel.
¡Que desdicha cuando se es prisionero del destino!,
destino con el que pugno tu retorno.
Rodrigo Rodríguez - 2016 _Colombia