Leandro

Ximena

Ximena, me amaste tanto

Y transformaste la pasión en poesía,

Como el cristal transparente de los ríos

Bañaste mi cuerpo con tus besos,

Y yo te conocí desnuda en tu alegría,

Te abrace bajo la sobra y los nogales

Para danzar como locos bajo las estrellas,

Y tu risa, brebaje misterioso y hechicero

Que me envenenaba de amor,

Me llevaba hasta el seno de tu alma

Para perderme en tus negros ojos

Que como perlas de vida plena

Eran granos de dulzura que crecían

Hacia el cielo azul adornado de algodón.

 

Yo me enamoré de ti perdidamente,

Tan perdidamente que olvidé mi destino,

El que me llamaba y yo no oía,

Y me transformé en más que hombre

Creciendo entre la maleza de la vida,

Y de tu mano cada tarde por los años

Camine contigo por aquella avenida.

 

Ahora estos cantos lejanos

No son más que amarga tristeza,

Son una avalancha de versos

Que en sangre se han convertido.

Y nada es eterno en el tiempo

Nada detiene la noche que llega

Manto negro sin fondo ni esperanza,

Y ahora que simplemente no existe

El beso claro que habría mis venas,

Que alzaba las flores desvestidas

En los campos abiertos del sur,

Ahora un suspiro se vuelve hielo

Y el sol de verano pierde su glamur.

 

Ximena, amor mío eterno,

Me amaste tanto y yo te di mi amor,

¿Cómo fuimos a morir en este silencio?

¿Cómo matamos la pasión?

 

Leandro

Derechos Reservados

2016