1932
La sangre nunca muere, existe un expresión de energía cuando el espíritu es lo único que te hace fuerte.
I
Los gritos venían de todos los recónditos lugares verdes en la selva de aquel entonces, las armas fueron otorgadas por la naturaleza incomparable, muchos hombres y mujeres cargaban con el peso de sus propios destinos, el único camino después de la miseria y el aniquilamiento fue alzarse y obligar a la realidad con un grito de larga vida a la desobediencia, sus manos y hombros estaban marcados por la aberración humana del esclavista, vidas destinadas a la locura, debían volverse locos.
La naturaleza inspiraba esa noche a la desobediencia o mejor dicho a la justa y mas pura libertad, la ira. Las volcanes estaban en armonía con el universo de cada hombre y mujer, expulsaban fuego de manera violenta, la sensatez y el miedo no existan, aquellos hombres y mujeres surgian de entre la oscuridad y la densa vegetación, armados contra la opresión, la desigualdad la humillación, y la muerte durante la Insurrección seria un regalo, digno de quien explora y divide el alma y el cuerpo.
Los tambores en el monte a golpes salvajes inspiraban a defender la tierra que los mismos Dioses dejaron como obsequios, la unica sugerencia rezaba \"Amaras a la naturaleza como a ti mismo\". El humano inconsciente tenia la palabra y una ley escrita sobre miles de cadaveres, los indígenas, nuestros pueblos orignarios la libertad sobre sus hombros. El universo a su favor como habría sido desde épocas ancestrales en África en el el origen de la creación, para cuando a penas aprendíamos a sostenerse sobre dos piernas por la fruta de un árbol en la espesura indescriptible de la selva...