En las venas,
que riegan la belleza de la pasión,
y en los laberintos del amor,
eras dulzura y sensualidad buena,
...flor de la nostalgia...
En delirio de amores,
entre gitanos y lunas,
brillo tu ardor...
Andaluza garbosa...
En noches bohemias,
con luz y lagrimas
de estremecidas guitarras.
Flor bella...
hija del ensueño de Sevilla.
Halagada por las coplas
y amada por los diestros,
de cintura de mimbre
y cutis de oscuro pétalo.
Vibrando en tu alma
se estremecia
el cante jondo flamenco,
...ay niña...
Que ni hubieras sido...
La Malena,
de Jerez de la Frontera.
Labios de vino fino y de sangre...
Andaluza de renegrida melena.
Ay Santa Margarita de Linares,
con Manuel Rodriguez en el ruedo,
y la veronica y la manoletina,
sobre alas del capote,
en su danza por la arena.
Ay bailaora,
con sangre mora y gitana en tus venas.
En la piel de tu alma,
buscaban el amanecer y el ocaso,
el calor de los rescoldos,
que siempre guardaba,
tu inflamada calidez.
El viento presuroso
con magia de los duendes,
freno su vuelo,
al oir tu lamento de partida.
¡Pero no tuvo tiempo de curar tu cuerpo invadido de muerte!.
Te llevó con su soplo,
volando con tropilla andaluza
de mil pelajes,
por el curvo atajo del cielo.
Golpeando las nubes,
con cascos de vieja estirpe...
y poblando el ambiente
de palo santo,
con castañuelas,
de nervioso lamento.
Que vuelen al paraiso
tus sentimientos,
hermosa sevillana,
junto con las mariposas
de tu sensualidad,
que bien alli han de estar.
Y el infinito haga eterno
tu canto,
...y lo lance a todos los rumbos,
para que brille en el cielo
con el amor entero.
Yo pido desde el mundo,
en que yace tu carne muerta,
que los rayos de tu alma,
a la mia le den luz,
desde la azul inmensidad.
El corazón extraña lo que la soledad evoca.
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j.m.