Mi abuela fue según muchos,
la última gran señora de Luarca.
Con una clase, señorio, y elegancia,
dignos de admiración.
Mi abuela... cierro los ojos y la veo,
me dijo el piropo más bonito que nunca me han dicho:
\' Qué mis ojos negros se parecían a los suyos que eran preciosos\'
Mi abuela.. Que bella era por fuera y por dentro,
siempre pendiente de su gente,
una señora de una época distinta.
Mi abuela nunca se quejaba de nada,
aunque tenía melancolía de su marido muerto,
ella siempre bien arreglada y peinada.
Mi abuela... nunca hablaba mal de nadie.
Me contaba cosas de su época,
de su guerra, de sus hombres y mujeres,
de aquellos tiempos tenebrosos y de rencor.
Mi abuela ... cierro los ojos y te veo,
con tu bondad y dulzura,
siempre conmigo de pequeño,
cuando te necesitaba.
Mi abuela, siempre de pequeño me tranquilizaba,
me decía que las mujeres son más profundas y más románticas que los hombres,
me hacía ser feliz en mi inocencia.
Mi abuela.. cierro los ojos y te veo,
dándome fuerzas y apoyándome,
siempre confiaste en mí,
y me veías más hermoso de lo que realmente era.
Gracias a ti abuela,
porque gracias a tí, tengo un lado bueno,
creo en la bondad humana,
y en tener clase y elegancia cuando se puede en tus actos.
Abuela.... cierro los ojos y te veo,
con el abuelo de la mano,
orgullosos de tus hijos,
de mí y mis hermanos.
Abuela... la última gran señora,
ojalá algún día te vuelva a ver,
aunque yo no sea ni la centésima parte,
de la buena persona que tu eras.