Rápido como un avestruz
corre el niño hacia la escuela
a subirse en el autobús
que allí en el frente lo espera.
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Buenos días señor
mil perdones le pido,
nos falló el despertador
y nos quedamos dormidos.
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Para mañana prometo
llegar a la hora indicada,
la disciplina y el respeto
siempre nos acompaña.
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Buenos días amigos
me alegra verlos despiertos,
sigamos pues el camino
que nos conduce al colegio.
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Llevo útiles y merienda
para la hora de comer,
me alegra ir a la escuela
para aprender y crecer.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela