Nunca se marchará el amor verdadero, siempre estará cruzándose entre el sendero del corazón y los pensamientos que germinan a cada instante, los verdaderos sentimientos desafiaran la tormenta hasta hacer que cada lágrima del cielo se transforme en el más dulce de los besos, es el irrumpir de un sueño que no lo asesina la distancia. ¡ Oh, querida mía, refúgiate en los destellos de un amor inextinguible ¡ Jamás te irás del nido de este pecho en cual moras desde el tejado del atardecer...