Al alba cuando el sol despierta
y los pájaros canta salgo a caminar,
y por la tarde cuando llega
el anochecer vuelvo a pasear.
Siempre me acompaña
mis ángeles adorables,
mis fieles cariños de cuatro patas
que contentos siempre salen.
Uno de tantos días que paseo
me encontré en medio de la calle
un pajarito indefenso con miedo
entre las casas y en medio de la tarde.
Yo lo tome de mi mano
aunque el saltaba intentando escapar,
lo tome para salvarlo,
para dejarlo en un mejor lugar.
Llegue hasta una zona verde
entre arboles viejos y grandes,
y lo solté allí mismo, se quedo alegre
cantando entre los arboles.