Ya sabes que tuve que hacerlo,
sí, bajar del trapecio. Dicen que
soy cobarde. No se, será.
Ahora te digo que fue vértigo,
la vida me superó con creces y
perdí la partida. Lo siento. Ahora,
me arrastro por lodazales desconocidos
para mi memoria. La vida apartó
mi camino del tuyo. Qué hacer,
qué más decir si es la verdad
la que al final prevalece...